La Prednisolona es el metabolito activo
de la Prednisona. Tiene sabor extremadamente amargo, lo que hace dificultoso su
administración a niños. Las definiciones generales tienen la validez de un político
en campaña electoral. Mi nuevo medicamento no es tan malo como lo pintan y me
parece lo más dulce que he tomado nunca. Debe ser que tengo el gusto
acostumbrado a comer mezclas raras del tipo: brócoli con pollo con calabaza y
boniato. Después de eso, la Prednisolona me parece un trozo de chocolate suizo
con merengue caramelizado al punto. Rico, rico. La Prednisolona es el principio
activo del medicamento que me tengo que tomar para quitarme los mocos de
encima. Me trago los 1,5 mL del jarabe en un periquete y noto como los mocos de
mi pecho empiezan a temblar. La aniquilación total de mocos llegará pronto,
pero con éste tipo de medicamentos tan fuertes siempre hay que tener muy en
cuenta los efectos secundarios. Pregunto a mi Wikipedia personal (Owlie, el
búho que vela por mis sueños y pesadillas) y me cuenta:
—Los efectos secundarios de la Prednisolona incluyen retención de líquidos de la
cara (cara de luna, síndrome de Cushing), acné, estreñimiento, cambios de
humor. También puede haber efectos secundarios oculares. Ah, y alucinaciones
—Owlie me lo cuenta con los ojos muy abiertos. De búho.
—Lo
que me faltaba —le suelto a Owlie— ¿Qué quieres decir con tener cara de luna?
—le pregunto a Owlie antes de que venga Capgros a darme el jarabe.
—Cara
de luna viene siendo tener la cara gorda, como un pan de kilo —me contesta
Owlie.
—O
sea que si me paso de jarabe, tendré la cara como Mackenzie.
—Exacto.
Me
tengo que tomar la Prednisolona a las 6.00 de la tarde, justo después de la
cena y un poco antes del baño. En ese intervalo de tiempo (unos 15 minutos),
los padres primerizos suelen jugar conmigo: que si “cinco lobitos tiene la
loba”, que si ponte en boca abajo y gatea, que si dónde está mami con una
toalla en la cara para que no sepa dónde está…esas cosas de bebés. Y justo
antes de meterme en la bañera, me enfrentan al espejo del baño de invitados. El
espejo en dónde puedo ver mi futuro. No sé si la Prednisolona tendrá efectos
secundarios cuando me enfrente al espejo, pero lo que sé es que con menos mocos
en mi pechete, mi claridad de ideas para mi futuro está más claro.
Me
enfrento al mundo interior del espejo con los ojos bien abiertos. El jarabe
sigue matando mocos. Noto como se van cayendo de mis vías respiratorias, se
meten por recovecos de mi cuerpo y se colocan en zonas de inminente salida de
mi cuerpo; vamos, que las voy a tener que vomitar o cagar. No hay más.
persona con cara de luna
Los
padres primerizos me enfrentan de nuevo al espejo. Tengo que buscar una puerta
rápida, abrirla y ver cómo sería mi futuro si eligiese esa puerta.
La
primera puerta que veo después de salir corriendo por uno de los pasillos es
prometedora: “Maia Presidenta de los EEUU”. Voy de cabeza y abro la puerta.
Soy
proclamada la primera presidenta “que siendo mujer no nacida en los USA, que no
es negra y que nunca ha pisado el país; sólo por su brillante inteligencia y
sabiduría ha sido proclamada presidenta del segundo país más importante del
mundo”. ¿El segundo país más importante del mundo? Paso de ser una presidenta
de un país segundón. Así que renuncio el mismo día de mi proclamación, pero
antes de eso: abolo el dinero, prohíbo las armas en todo el país y dejo sin
ejército a los americanos. Vamos que la lío parda y me quieren apalear. Por
suerte es sólo una posibilidad que podría elegir para mi futuro, así que la
descarto por aburrida. Abro la puerta y vuelvo a la realidad.
—Vamos
Maia, a la bañera —los brazos de Capgros me separan del espejo y me meten a la
bañera. Los mocos siguen despeñándose de mi pechete. Me encuentro mucho mejor
después de los 1.5 mL de Prednisolona; además, ya he descartado una posibilidad
de mi futuro: no quiero ser Presidenta de los Estados Unidos.
The Housemartins. Bow Down. La canción que sonaría el día de mi proclamación como Presidenta de los EEUU
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