miércoles, 5 de diciembre de 2012

El sobre marrón



Kooper sacó una hoja del pantalón con los emparejamientos de la primera eliminatoria del campeonato a tres arañazos de El Club de la Lucha.
Mi primera contrincante era Kimberley, la rubita del pañal apretado. Se acercó a mí moviendo el culo exageradamente, puso su cara rechoncha a dos centímetros de la mía y me retó:
“No me vas a durar ni medio asalto, Mayita”.
No soportaba que nadie me cambiase el nombre. Y menos aún que me llamasen por diminutivos estúpidos como Mayita, Mayanita o Mayusculitas.
“Tú cara es mucho más gorda que la mía. Tengo más superficie en dónde atacar, mona”, le sonreí con descaro.
“Te vas a cagar mañana, cuando estés delante de mí, Mayita”.
“Pues no mona, me acabo de cagar ahora mismo. Mirándote directamente a los ojos, querida Kimby”
Esas son las ventajas de ser un bebé. Que te puedes cagar cuando te apetezca.
“¡Sucia malvada! ¡Te voy a dejar la cara como un mapa, llena de arañazos!”, Kimby se alteró. Y yo contraataqué:
“¡Pan de kilo! Te vas a comer tus palabras; huy no, que se te va a poner la cara todavía más gorda…”
“Chicas, chicas. Dejad la pelea para mañana. Hoy toca relajarse. Entrenad un poco y dormid bien”, Kooper tuvo que separarnos. Los dedos de Kimby habían pasado rozando mi cara. Yo le había cogido de la orejas y se las estiraba sin piedad. 

                                                            relax en casa

La mayoría de contendientes  tenían claro el estilo que iban a utilizar en el campeonato a tres arañazos. La gorda de Kimberley tendría que ponerse a ver videos de sumo, esas lorzas y esa cara, nada comparables con el calborotas, eran de escándalo. El chino seguía con su calcomanía del baile en el brazo, pero tenía pinta de ser bueno en Kung Fu. El Coreano ya había dicho que iba a utilizar el estilo del “mono borracho”. Amelie era buena arañando con los dedos de los pies. Kooper seguía con su pose Pitt, que tanto le gustaba a Amaya. El resto tenía menos de 24 horas para buscar su estilo.
Yo también tenía que elegir el mío. Me acordé de la frase de Mohamed Ali: “En el ring vuelo como una mariposa, pero pico como una abeja”. Estaba claro: ahora necesitaba a Maya a mi lado. Tenía que explicarme cómo picaban las abejas. Me podéis llamar interesada, pero quería darle su merecido a la rubita del pañal apretado.
Llegué a casa y busqué a Maya desesperadamente. No estaba en la bolsa de la ropa sucia, ni en la caja del Ikea en dónde metí a los juguetes reserva. Pregunté a todos y nadie sabía dónde estaba; ni Pajarruqui, ni Libe, ni Tallarín. Nadie. Maya había desaparecido.
Esa misma tarde había llegado un paquete desde España. Un sobre marrón, abultado, con algo envuelto en papel de regalo. En el momento en que los padres primerizos lo abrieron, noté que las cosas no iban a ser como antes. De repente, Agú se quedó blanco y se desmayó.

                                           rodando en la cama

2 comentarios:

  1. donde esta maya??? ais me puede la curiosidad y ¿porque se desmaya agu? habra que tener paciencia...

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  2. Un pasito mas, ya das volteretas, cosiña linda. Abu Eli

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