lunes, 3 de diciembre de 2012

Las Reglas del Club



Kooper se había metido en la piel de Brad Pitt y demostró que ahora controlaba la guardería. Se remangó la camiseta, se limpió los mocos con los nudillos y enunció las Reglas de El Club de la Lucha:
Regla número 1: Nadie hablará de El Club de la Lucha.
Regla número 2: Ningún padre debe saber jamás de la existencia del Club. Si algún padre viniese quejándose de los arañazos de sus hijos, éste quedaría fuera del club.
Regla número 3: Ningún robot puede hacer daño a un ser humano.
Salté como un resorte: “Creo que esa Regla es de otro libro, Kooper. Es del libro de Asimov, “Yo, Robot”; bueno, tú seguro que sólo has visto la película…”, interrumpí a Kooper haciéndome la Marisabidilla y no le hizo mucha gracia.
“¡Cállate, enana! Aquí las reglas las pongo yo. Son ideas originales mías. He estado leyendo sobre el tema y lo domino. ¿Te enteras?”. Kooper se había hecho mayor y daba miedito. Continuó recitando las Reglas:
Regla número 4: La pelea es a tres arañazos. El primero de los contendientes que consiga arañar la cara del otro tres veces, gana.
Regla número 5: La pelea es sin ropa: sólo se permitirá llevar pañal, recién cambiado. Los contendientes que utilicen el olor de una gran cagada para aturdir al contrario, quedarán eliminados.
Regla número 6: El primer campeonato será a eliminatorias. Como los torneos de tenis o los campeonatos de fútbol: si pierdes, estás eliminado. Si ganas, pasas a la siguiente ronda y peleas contra el ganador de otra pelea a tres arañazos.
Regla número 7: Puedes elegir el estilo de pelea que más se adecúe a ti. Los gordos pueden pelear “estilo sumo”. Los asiáticos pueden utilizar el kung-fu, karate o similares.
Ahora fue El Coreano quien interrumpió a Kooper. “¿Podemos utilizar el estilo del “mono borracho?”.
“Puedes utilizar el estilo que te salga de las narices: el mono borracho, el perro apaleado, la gata en celo o el caballo saltarín. Puede utilizar hasta los pasos de tu baile. Lo que se trata es de arañar tres veces la cara de tu contrincante. ¿Comprendes? Y ahora, ¿me dejas terminar?, por favor”.
Regla número 8: En este Club de la Lucha, pelean todos. Sin excepción de raza, sexo, religión o edad. Todos.
                                               camino a la guarderia con Agú
La sala se quedó muda. Mientras Kooper recitaba todas las reglas, pensé en qué podríamos sacar de bueno de éste Club. Mi neurona del Entretenimiento y Variedades me sugirió una idea: “Estaría bien que el ganador final eligiese qué actividad se va a realizar después en la guardería: es posible que gane Kooper, entonces volverá a elegir otro campeonato al mejor de tres arañazos; pero igual gana otro, y podría elegir, qué sé yo: hacer pompas de jabón con los mocos, o esgrima con la uña del dedo meñique; o ganas tú y les propones hacer castillos humanos, o que aprendan a hacer el HipoPedoEructo”.
Levanté la mano y les dije mi idea a todos. Kooper dijo que se lo pensaría, que ahora él tenía el poder, pero el resto de la sala me apoyó. La mayoría estaba conmigo. 
“Está bien: Regla número 9: El ganador del campeonato a tres arañazos, elige la siguiente actividad”.

                                           detrás de esa verja esta la guardería...

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