sábado, 3 de noviembre de 2012

Mi primera papilla



Originalmente la entrada de hoy se iba a llamar: “A toda Maia le llega su San Martín” o como opción B había pensado: “Como cebar a tu bebé como a una oca y obtener el mejor paté”. Porque de eso parece que se trata ahora en casa de los padres primerizos. En cuanto el bebé empieza a tomar sólidos, es tiempo de cebar. Ya no sólo hay que alimentarme con la teta mágica de mami. Ahora se trata de tomar papilla de cereales de arroz con leche artificial, o la manzana triturada con su cuchara azul a juego, o la zanahoria hecha puré metida en su cuenco naranja. No se puede negar que mami siempre busca que todo haga juego y quede estupendo.
Y a eso están jugando ahora los padres primerizos, a cebar al bebé a toda costa. A cucharadas, con biberón de silicona, con biberón de goma y dibujos de flores y pajaritos, con la puñetera canción del elefante en mis narices. Un suplicio.
Por suerte soy un bebé que aprende rápido y ya sé escupirles a la cara sus comidas trituradas. 

                                                         comer sólidos no mola
El mecanismo para escupir la comida triturada es sencillo. Espero que la cuchara o la tetilla del biberón entre en mi boca. Aguanto cinco segundos la comida dentro. Espero que el calborotas (o PT Lorzas) se confíe. Nos miramos a los ojos como si de un duelo en el oeste se tratase. Cuando noto que está convencido que me he tragado la bazofia, junto los labios, añado saliva al puré y soplo como si tuviese la vela de mi primer cumpleaños encendida justo enfrente de mí. Hay días que hasta consigo mancharle la cara y es entonces cuando más disfruto de la papilla.
Ya dije que la bulimia y el bebé no eran buenos amigos. No nos hagáis además crecer nuestras ganas de ser anoréxicas metiéndonos estas cosas nuevas. ¡Queremos seguir comiendo teta hasta que nos hartemos!
No queremos sentirnos como ocas francesas a las que ceban sin ningún tipo de remordimiento para que su hígado se convierta en paté o foie-gras de segunda. No sé, igual echan tanto de menos el jamón español que me están cebando como a un cerdo de bellota, pero con purés de manzana y zanahorias. Empiezo a tener miedo.

                                                    quiero la teta mágica de mami...
Si la finalidad de esta manía persecutoria de los padres primerizos es hacernos comer papillas y otras mandangas, voy a seguir escupiendo al calborotas la comida en su cara. 
¿O es que acaso él no prefiere siempre la teta mágica de mami?

1 comentario:

  1. Las obligaciones de los padres ya comenzaron desde que naciste. Una es enseñarte los sabores y eso es costoso. Tanto los salados, los amargos, los dulces
    las frutas, el pescado, la carne,etc...
    ¡Que me digan a mi cuantos malos ratos pasé con mis tres hijas!dandoles de comer. Un besote.Ab Eli

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