sábado, 10 de noviembre de 2012

El asalto de la Gran Duda



Después de salir de la guardería me asaltó una Gran Duda.

DUDA: Pequeña Maia, ¿no crees que tu comportamiento en la guardería dejó mucho que desear?
Maia: ¿Lo cuál? ¿Estamos viviendo un momento teatral, o qué?
DUDA Es la vida que a veces te da sorpresas… (Pausa dramática)
Maia: Entonces necesito un chupito de teta, un par de cucharadas de pera y un trago de agua, en biberón largo.
  
La Gran Duda sonríe. La imagen de la Gran Duda desconcierta ligeramente a Maia, que busca a los padres primerizos con la mirada.  Esta vez no están con ella para ayudarla. La Gran Duda tiene un bigote postizo, peluquín castaño y demasiados pelos en los brazos. Es un calco de Chuck Norris cuando fue a Vietnam a matar “Charlies” o ¿ese fue Rambo?
Volvemos a estar en la habitación de los bebés de 5 a 18 meses. Dos días después de la primera visita de Maia. Maia ha entrado sola a la sala (cacofonía en el ambiente). Los padres primerizos están arreglando papeles con la ex estrella del rock de los ochenta y dientes amarillo en una sala contigua.

Maia: Así crees que mi comportamiento el miércoles dejó mucho que desear. Y tú, Gran Duda, ¿qué deseas en ésta vida? (La pregunta de Maia intenta desestabilizar a la Gran Duda, pero ésta es inquebrantable, como la ley en España, y le explica el por qué de su visita repentina.
DUDA: Estoy aquí para pararte un poco los pies. Muchos de tus nuevos compañeros llevan aquí meses de ventaja y no se merecen esos comentarios despectivos que vas escribiendo por ahí. Ni tampoco que les apabulles de esa manera en tu primera visita.

Maia gira el cuello a ambos lados. Los padres primerizos siguen arreglando papeles para su ingreso en la guardería. Maia no tiene miedo. Sólo está comprobando lo bien que puede girar el cuello a ambos lados. Se siente orgullosa y sonríe.

Maia: No creo que poner un poco de orden en ésta sala fuese a suponer ningún problema. (Maia pone morritos)
DUDA: Ya vi que utilizaste tu famoso HipoPedoEructo para conquistarlos. Las cosas no funcionan así en ésta guardería, pequeña señorita.
Maia: Los más pequeños tenemos nuestras armas secretas, ¿o no ves cómo las gasta el enano de “Juego de Tronos”?, pequeño señorito.

La Gran Duda pone cara de póker. Maia prefiere jugar al  mus y coge un libro en forma de naipe para colocarlo en el suelo. La Gran Duda no ve el envite y  levanta la ceja derecha, luego la izquierda y se arrodilla hasta la altura de la cara de Maia, que está estirada en el suelo, con cojines y almohadas en la espalda, como una reina en su trono.

DUDA: No te equivoques conmigo, señorita Maia. (Cejas en posición “soy un tipo duro de pelar”)
Maia: No se preocupe. No lo haré, señor Duda. (Pedorreta de saliva desafiante)

Los padres primerizos han terminado con los papeles de ingreso a la guardería y entran a buscar a Maia a la sala de los bebés de 5 a 18 meses. Maia gira el cuello a ambos lado y sonríe.

Fin del Segundo Acto.


1 comentario:

  1. Veo a Maia mas seria, menos alegre.
    Siguen predominando las rallas.
    Ya me gustaría darle un montón de colitos a la peque. Un abrazo Ab Eli

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