Después de
salir de la guardería me asaltó una Gran Duda.
DUDA: Pequeña
Maia, ¿no crees que tu comportamiento en la guardería dejó mucho que desear?
Maia: ¿Lo cuál?
¿Estamos viviendo un momento teatral, o qué?
DUDA Es la
vida que a veces te da sorpresas… (Pausa
dramática)
Maia: Entonces
necesito un chupito de teta, un par de cucharadas de pera y un trago de agua,
en biberón largo.
La Gran Duda sonríe. La imagen de la Gran Duda
desconcierta ligeramente a Maia, que busca a los padres primerizos con la
mirada. Esta vez no están con ella para
ayudarla. La Gran Duda tiene un bigote postizo, peluquín castaño y demasiados
pelos en los brazos. Es un calco de Chuck Norris cuando fue a Vietnam a matar
“Charlies” o ¿ese fue Rambo?
Volvemos a estar en la habitación de los bebés de 5
a 18 meses. Dos días después de la primera visita de Maia. Maia ha entrado sola
a la sala (cacofonía en el ambiente). Los padres primerizos están arreglando
papeles con la ex estrella del rock de los ochenta y dientes amarillo en una
sala contigua.
Maia: Así
crees que mi comportamiento el miércoles dejó mucho que desear. Y tú, Gran
Duda, ¿qué deseas en ésta vida? (La
pregunta de Maia intenta desestabilizar a la Gran Duda, pero ésta es
inquebrantable, como la ley en España, y le explica el por qué de su visita
repentina.
DUDA: Estoy
aquí para pararte un poco los pies. Muchos de tus nuevos compañeros llevan aquí
meses de ventaja y no se merecen esos comentarios despectivos que vas
escribiendo por ahí. Ni tampoco que les apabulles de esa manera en tu primera
visita.
Maia gira el cuello a ambos lados. Los padres
primerizos siguen arreglando papeles para su ingreso en la guardería. Maia no tiene
miedo. Sólo está comprobando lo bien que puede girar el cuello a ambos lados.
Se siente orgullosa y sonríe.
Maia: No creo
que poner un poco de orden en ésta sala fuese a suponer ningún problema. (Maia pone morritos)
DUDA: Ya vi
que utilizaste tu famoso HipoPedoEructo para conquistarlos. Las cosas no
funcionan así en ésta guardería, pequeña señorita.
Maia: Los más
pequeños tenemos nuestras armas secretas, ¿o no ves cómo las gasta el enano de
“Juego de Tronos”?, pequeño señorito.
La Gran Duda pone cara de póker. Maia prefiere jugar
al mus y coge un libro en forma de naipe
para colocarlo en el suelo. La Gran Duda no ve el envite y levanta la ceja derecha, luego la izquierda y
se arrodilla hasta la altura de la cara de Maia, que está estirada en el suelo,
con cojines y almohadas en la espalda, como una reina en su trono.
DUDA: No te
equivoques conmigo, señorita Maia. (Cejas
en posición “soy un tipo duro de pelar”)
Maia: No se preocupe. No lo
haré, señor Duda. (Pedorreta de saliva
desafiante)
Los padres primerizos han terminado con los papeles
de ingreso a la guardería y entran a buscar a Maia a la sala de los bebés de 5
a 18 meses. Maia gira el cuello a ambos lado y sonríe.
Fin del Segundo Acto.
Veo a Maia mas seria, menos alegre.
ResponderEliminarSiguen predominando las rallas.
Ya me gustaría darle un montón de colitos a la peque. Un abrazo Ab Eli