lunes, 22 de octubre de 2012

Me llamo Maia y soy australiana



Mis padres son unos auténticos impresentables. Y que conste que lo digo con todo el cariño que ahora mismo les puedo demostrar, pero no creo que sea sano para un bebé de cuatro meses como yo, haber cogido ya la friolera de: 12 aviones, recorrido miles de kilómetros, traspasado 3 continentes (varias veces), fundir en un día 9 husos horarios; haber subido en 8 o 9 coches diferentes para ir a sitios que me importan un pimiento, haber trasnochado hasta las tantas para que ellos se vayan de cena con sus amigotes, o haber dormido en, por lo menos, 12 camas/cunas/colchones diferentes… que se creen que encima les voy a reír las gracias cuando ellos quieran. Qué os parece: unos impresentables es un adjetivo que se queda corto, evidentemente. 
Y ahora llegamos de nuevo a Australia y pretenden que todo sea normal, que me salte el Jet Lag de caballo que tengo y que todo se resuelva con un: “Ale mi niña, bonita, te ponemos a dormir a las siete de la tarde y te despiertas dentro de doce horas para que nosotros podamos superar nuestro Jet Lag lo más rápido posible, vale, mi niña bonita”. Pero ésto qué es. Estamos locos o qué. 
unas horas después de nacer...

En fin, me voy a relajar y voy a empezar por el principio, que es de lo que va a ir éste diario.
Me llamo Maia y soy australiana. Tengo 4 meses y varios días de vida pero ya sé lo que quiero y voy a por ello sin que nadie me pueda parar.

Nací en Elizabeth Vale, South Australia, el  domingo 17 de junio a las 17:58. Pesé 2430 gramos y medí 47 centímetros. Mami no se portó mal ese día y eligió que mi primer contacto con la vida fuese bajo el agua; una opción inteligente, como ella. El calborotas de mi padre lo único que hizo fue llorar a moco tendido cuando nací y cortar el cordón umbilical con tan mala puntería que empezó a salir sangre en aspersión y salpicó a la pobre estudiante de matrona que estaba detrás suyo para controlar que lo hiciese bien. Es lo que me ha tocado. Una mami inteligente, doctora en física, investigadora en biomedicina (ahora está intentando descubrir una cura contra el cáncer, ahí lo dejo), que además es guapa, simpática, extrovertida, ocurrente y tiene unas tetas mágicas que me alimentan con una leche riquísima. Y luego está él. Que ahora va de entrenador personal y ni siquiera tiene unas mínimas abdominales marcadas, o unos bíceps en condiciones; qué me pesa 80 kilos! Un escándalo vamos, y del que, si me apetece, ya hablaré otro día. 
Lo dicho, que a partir de ahora iré contando en éste diario qué tal es eso de vivir en Australia.


                                                    sólo hace un par de horas...

4 comentarios:

  1. no te pongas como tan mal padre,que lo haces muy bien y además ¿cuantos conoces tu que cortaran el cordon??? jajaja alguno que otro se hubiese desmayado!
    me alegra que vuelvas a escribir! ;)así me enterare de paso de las aventuras de esta enana preciosa que tengo por sobrina.gracias
    bea

    ResponderEliminar
  2. como dice bea no te mortifiques bro que lo haceis muy bien.como me gusta volver a escribir comentarios en el blog de un excelente escritor.sigue asi bro.........GUAPOSSSS!!!!!!

    ResponderEliminar
  3. Me gusta la idea y que nos cuentes muchas cosas de Maia.

    Maia, mi primera nieta.
    Por vosotros cruzamos medio mundo para estar a vuestro lado cuando Maia naciese. ¡Que sensación tan bonita tenerla en los brazos!.

    ResponderEliminar
  4. que guapa está esta niña y que gordita!!!! jiji, está enorme chicos ole por vosotros!

    María y Airas

    ResponderEliminar